El impacto del programa de la fundación ha sido significativo en la vida de los jóvenes que participan, transformando su tiempo libre en una oportunidad de crecimiento personal y desarrollo integral. A través del entrenamiento deportivo, muchos han encontrado un espacio donde no sólo mejoran sus habilidades físicas, sino también su disciplina, autoestima y sentido de pertenencia. Este enfoque ha ayudado a los jóvenes a alejarse de entornos de riesgo, como la violencia y las adicciones, optando por hábitos saludables que los fortalecen tanto física como emocionalmente.

El programa ha logrado generar cambios tangibles en sus participantes, creando una comunidad donde se fomenta la inclusión, la cooperación y el respeto. Con el tiempo, los jóvenes han demostrado mejoras en su desempeño académico, una mayor capacidad para manejar desafíos personales y sociales.

Para las familias, el impacto también ha sido enorme. Han expresado que el programa les ha brindado tranquilidad, al saber que sus hijos están en un ambiente seguro y positivo, rodeados de mentores y compañeros que los apoyan en su camino. Además, ha fortalecido el vínculo entre padres e hijos, al ver el progreso y la satisfacción que experimentan los jóvenes al ser parte de algo más grande que ellos mismos.